Después de lo ocurrido en Palma, la erupción del volcán, queremos explicarte un poco la importancia de las redes de telecomunicaciones en la gestión de estas catástrofes.

Los equipos de emergencia, que sobre todo y lo primero que tienen que conseguir es salvar el mayor número de vidas posible, necesitan una red de información exacta y fiable.

Mucho han cambiado las cosas en las últimas décadas en las que una erupción de un volcán pillaba desprevenido a propios y extraños. En el caso de la Palma, pese al desastre, no ha habido que lamentar fallecimientos por una red de telecomunicaciones que ha funcionado como un reloj.

De esta manera hay una vigilancia y monitorización de la catástrofe a tiempo real. ¿Cómo es eso posible? En el caso de la isla las telecomunicaciones están a salvo y no hay riesgo de apagón pese a que la lava está arrasando todas las infraestructuras. Es verdad que la lava ha sepultado torres eléctricas, cables, repetidores… pero el Gobierno Canario cuenta que «diferentes puntos se han reforzado con grupos electrógenos por si el suministro eléctrico cayera”.

De todas formas la zona cuenta con una red de antenas de telefonía móvil relativamente tupida. Además existen los cables submarinos que por el momento no corren peligro ya que no pasa ninguno cerca de la costa oeste de la isla.

Otra cosa es que el volcán se convierta en un plató de televisión. Pese a que la cobertura no se ha visto afectada, ya queda en la deontología de cada medio cómo tratar la información. Un buen ejemplo de cómo hacer las cosas bien es la de la televisión canaria, que ha optado por no sacar imágenes de casas derruidas ni de afectados para no minar más la moral de sus habitantes y preservar su intimidad.

Comunicación sí, pero para lo que de verdad importa.

*Varias fuentes. Imagen vía #Europapress

El usuario medio, llamémosle así a la gran mayoría de la población, que quiere estar conectada, lleva mucho tiempo escuchando “que llega el 5G”, “el 5G lo cambiará todo”,  “el 5G cambiará nuestra manera de comunicarnos”, “el 5G es otra dimensión”.

Y todo estaba previsto para un 2020 en el que se le adelantó por la escuadra una pandemia de la que todos estamos más que informados (y desinformados). Así llegaron las teorías conspiratorias como los chips en las vacunas, el covid elaborado por científicos malvados en laboratorios clandestinos y películas de ciencia ficción que casi supera la realidad.

¿Dónde ha dejado esto a la quinta generación de redes móviles, que a esto se refiere el término 5G? A miedo y desconocimiento, pero también a expectativas y a mejoras en el futuro. Al final lo que trae esta tecnología en pocas palabras es:

• Aumentar velocidad de conexión.
• Reducir tiempo de respuesta de una web (menor latencia).
• Multiplicar número de dispositivos conectados.
• Mayor ancho de banda.
• Bajada del consumo energético.
• Mayor seguridad en la red.

Y esto, como todo, es positivo o negativo según el uso que se le dé. ¿Es peligroso que estemos más tiempo conectados? Seguro que los padres de adolescentes piensan que sí. Pero esta revolución tecnológica también puede aportar beneficios como realizar intervenciones quirúrgicas teleasistidas.

El debate está en que su aplicación sea obligatoria, compatible o incompatible con otras redes, en las voces que apuntan a que se haya implantado sin evaluar efectos sanitarios o ambientales, o en la duda de su estabilidad tras un uso continuado.

Para comprobar sus desventajas, que parecen menores que las ventajas, habrá que esperar, ya que hasta el 2025 la red no estará totalmente operativa. Por el momento, pandemia o apocalipsis mediante, es algo imparable e inevitable que mejorará nuestra manera de estar conectados.

El definir qué es “estar conectado” vs “estar alienado” ya forma parte de discusiones filosóficas que no nos atañen y dejamos para el intelecto y necesidades de cada cual.

Y vosotros, ¿qué opináis? ¿Mejorará nuestras vidas el 5G?

*Varias fuentes.

Ahora que se celebra el Día de los Abuelos, es un buen momento para reflexionar si las personas mayores tienen acceso a las telecomunicaciones de manera real.

En nuestra carrera por el avance tecnológico y mantener a las personas conectadas, hay que pararse a pensar que gran parte de nuestra población, cada vez más mayor, puede verse en desventaja en este aspecto.

Como empresa de valores, desde Siter 2000 nos preocupamos de que ese “mantener a las personas conectadas” englobe a toda la sociedad. El grupo de edad más adulta se siente cómodo con el teléfono móvil; casi un 70% accede a este dispositivo sin problema.

Habría que empezar a hacerles ver, y entender, los beneficios de la interconexión de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación); por eso apostamos por una comunicación accesible, sin barreras y sostenible.

En ocasiones las nuevas tecnologías, la innovación, se les dan impuestas; cuando en un banco se les obliga a hacer gestiones online o en un centro médico pedir recetas por el mismo medio sin mayores explicaciones. Es un tipo de discriminación llamado edadismo.

Evolución y desarrollo tecnológico sí, pero siempre de manera responsable, divulgativa. El papel de empresas como la nuestra es fundamental en este sentido, y en Siter 2000 tenemos claro que nos dirigimos hacia una sociedad más tecnológica, pero también sostenible y solidaria.

Las telecomunicaciones pueden ayudar mucho a las personas mayores: un hogar digital por ejemplo puede suponer para una persona mayor entretenimiento (televisión, educación a distancia…), y también mayor seguridad (teleasistencia, telemedicina…).

Pero hay que romper una barrera para que les deje de dar miedo ese acceso a la tecnología; empresas como la nuestra apostamos por la responsabilidad social y entendemos que es importante el desarrollo de servicios y productos adaptados a sus necesidades.

España es uno de los países más envejecidos del mundo, con cerca de ocho millones de personas mayores de 65 años, que además han sido especialmente castigadas en la pandemia. Aprovechando que hoy es el Día de los Abuelos, conviene recordar que los tenemos en cuenta.